Crismar se formó profesionalmente en Italia, donde estudió arte y arquitectura, disciplinas que practica simultáneamente. Esa simbiosis explica sus afinidades con el mural, en un concepto matérico renovado, transparencia y plexiglás. Aunque ha tratado el periodo precolombino, la temática del hombre, sus inquietudes metafísicas y sus conquistas sociales, económicas y científicas, es la parte estética de la pintura lo que ha investigado particularmente. Ha demostrado en su obra un conocimiento acabado del arte italiano desde el Renacimiento hasta los movimientos modernos y contemporáneos del futurismo y el constructivismo; y la “Pintura Colta”. Ha sabido absorberlos estilísticamente, culminando en un lenguaje pictórico propio.
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