Expuso veinte pinturas de temática surreal marina caribeña en Santo Domingo, República Dominicana.

Reyes Ocre, personajes de un fondo marino que sabe a mundo

Reyes Ocre, se interroga por la biodiversidad y el peligro del ecosistema. Sus peces, en ocasiones, los presenta amenazados por el hombre, en peligro de muerte, aunque siguen nadando, viviendo, existiendo…

Es la vida como la guerra. Sus peces y personajes alegóricos que los envuelven, el ser humano y su presencia sin rostro que los entorpece, forman parte de sus fondos marinos que saben a mundo. Traslada la evidencia de la existencia, las luchas por mantenerse y por sobrevivir al fondo marino caribeño.

Somos partes de un todo que es diálogo y controversia, paz y guerra, positivo y negativo.

Conecta con el legado de las eras de Piscis y Acuario, con la necesidad de cambio y transformación, en el sentido de que su obra es surreal, alegórica y posee, también, un leve punto de ironía. Así sus peces son sutiles, emblemáticos, personajes misteriosos, pero, también, simplemente, peces.

Cuando actúan como un auténtico símbolo, ennoblecen su parte esotérica. Asimismo son víctimas, de ahí que algunas de las obras pictóricas de la exposición sean inquietantes, en el sentido de que bordean el peligro, la evidencia de la perdición que nos engulle, cual caballo alado desbocado sin control, que devora a sus hijos, que choca con trenes, yendo más allá del submarino de Julio Verne, sin escafandra, a tumba abierta.

Reyes Ocre es un pintor cromático, envolvente, que gusta de consolidar el escenario, en el que intervienen diferentes personajes, que se mueven y actúan de distinta forma. Es más, dentro de una misma serie, como es el caso, cambia y transforma la evidencia de la idea, preguntándose diferentes aspectos de la misma.

H2Ocre es el título de una muestra que está concebida en el agua, siendo el color azul predominante, pero, a la vez, es también, símbolo de la Era de Acuario, de una era en la que la tecnología, la ciencia y la sabiduría interior predominan.

Para buscar biodiversidad y sostenibilidad, hay que ser, primero, coherentes con el medio, consistentes en lo espiritual, fuertes en lo biológico y mantener los compromisos que el artista dominicano conserva en su relación con los ecosistemas de la tierra.

Es un creador apasionado, que no busca la estética vacía, sino que pinta porque se siente motivado, porque ama lo que ve y vive, porque se fundamenta en el amor como punto de partida de un discurso vital que no abandona lo espiritual, alejándose de la paradoja, pero conectando con la armonía que rige el destino.

Joan Lluís Montané

De la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA)

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